Poetas, novelistas, músicos, pintores, periodistas, profesores. Ninguno parece, sin embargo, tener otro oficio en este momento que esperar con una desazón creciente, casi infantil, que aparezca Pere Rovira por la puerta y nos regale su cara por sorpresa. El hilo invisible que nos cose los unos a los otros en esta emoción es la amistad con un hombre que cumple 70 años y que, de un momento a otro, emergerá del contraluz del verano en los ventanales de un restaurante del Delta.
- Entrevista: Enric Boluda
- Realización y edición: Morrosko Vila-San-Juan